El síndrome de
inmunodeficiencia adquirida (comúnmente conocido como SIDA) es una
enfermedad humana causada por la infección del virus de la
inmunodeficiencia humana (VIH).
El SIDA es una enfermedad en la
cual, tras una infección inicial, progresa hacia el fallo del sistema inmune,
provocando la aparición de infecciones y cánceres potencialmente mortales. Afectan
principalmente a los linfocitos T, concretamente el grupo CD4+ cuyo papel es
establecer y maximizar las capacidades defensivas del sistema inmunitario. Tras
una fase aguda primaria, el VIH sobrecarga con esfuerzo a los órganos
linfoides, provocando una severa reducción en la producción de estos
linfocitos. Como consecuencia, el sistema inmune queda debilitado en términos
de defensa, siendo propicio a ser infectado por bacterias, hongos, protistas u
otros virus.
Esta enfermedad presenta varias
dificultades, como pueden ser una evolución impredecible del paciente (con grandes
probabilidades de complicaciones), la discriminación que sufren por parte de la
sociedad, o la presión de carga sobre los agentes de la salud.
En este tipo de enfermedades
también se utilizan los cuidados paliativos, debido al alto grado de gravedad
de los síntomas en ciertos pacientes con SIDA. Se ha comprobado que alivian el
intenso sufrimiento de estos pacientes y de sus familiares. Tienen como fin los
siguientes objetivos (entre otros);
-
Alivio del dolor.
-
Tratamiento de síntomas como las náuseas, la debilidad o la fatiga
-
Apoyo psicológico y apoyo espiritual
-
Ayuda en la preparación para la muerte (en aquellos casos
terminales)
-
Apoyo a las familias y respaldo psicológico
-
Control de la infección
La evolución de esta enfermedad es
muy variable, dado que hay tanto pacientes que no poseen síntomas graves
durante largos períodos de tiempo como pacientes que experimentan períodos de dolencias
agudas o complicaciones frecuentes. Los cuidados paliativos que se prestan a
dichos pacientes procuran encontrar el equilibrio entre el tratamiento agudo y
el control de los síntomas y enfermedades crónicas.
Etapas tras
el diagnóstico del SIDA.
El paciente diagnosticado de SIDA
atraviesa las siguientes etapas durante su enfermedad:
- Etapa temprana; los
pacientes presentan una buena respuesta a la terapia activa con
antivirales y antibióticos, con la capacidad de recuperar las actividades
cotidianas.
- Etapa
progresiva; está determinada por la repetición de
una serie de infecciones oportunistas. Durante esta fase la terapia activa
producirá alguna mejoría en la salud del paciente, pero con una mayor
repercusión en las reacciones indeseables. El paciente puede realizar su
actividad de forma parcial, siempre y cuando no requiera mucho esfuerzo
físico.
- Etapa
o fase avanzada; en la que las infecciones son más
constantes, con la fatiga y la debilidad como síntomas principales. Son
frecuentes las manifestaciones neurológicas como la demencia. Los
tratamientos específicos dejan de ser lo suficientemente útiles y es
necesario la utilización de una terapia sintomática.
- Etapa terminal; los
cuidados van dirigidos a proporcionar el mayor confort posible hasta el momento
de su muerte. Los síntomas más comunes en esta etapa son;
-
Micosis (infecciones causadas por hongos)
-
Disfagia (dificultad para comer)
-
Anorexia, pérdida de peso y anemia
-
Cefaleas
-
Vómitos y náuseas
-
Tos y disnea (dificultad respiratoria)
-
Ansiedad y depresión
Dolor.
El dolor que sufren los pacientes de SIDA no es permanente sino
temporal (a diferencia de los pacientes con cáncer), y está asociado a
infecciones. Estas infecciones se tratan enérgicamente, tratando de que el
dolor disminuya. Es común que existan varias fuentes del dolor, por lo que
deben diagnosticarse todas ellas para que puedan ser tratadas.
No obstante, el dolor no es sólo
físico; el dolor psicológico y el miedo a morir son formas de dolor muy
presentes en estos pacientes. El apoyo enfermero en estos casos es tan
importante como el tratamiento del dolor físico.
Náuseas,
vómitos, anorexia y pérdida de peso.
Las náuseas y los vómitos pueden
ser provocados por;
- El tratamiento.
- Infecciones en el sistema nervioso central; se utilizan dosis
pequeñas de fármacos antidopaminérgicos para paliarlas.
- Infecciones gastrointestinales; los tratamientos antifúngicos
mejoran considerablemente la disfagia
Los pacientes en fase avanzada
pueden sufrir pérdidas de peso importantes, incluyendo la pérdida de masa
muscular. Se pueden utilizar antieméticos, estimulantes del apetito o tratamientos
para la diarrea para frenar dichas pérdidas, mas aunque pueden tener algunos
efectos beneficiosos, el pronóstico también puede ser malo.
3. Tos y dificultad respiratoria.
En la mayoría de los países, la
tuberculosis se relaciona directamente con la infección por el VIH ya que puede
presentarse en cualquier fase de la infección por el debilitamiento del sistema
inmune. Cualquier tos que persista durante más de tres semanas después de un
tratamiento con antibiótico debería ser estudiada para descartar la infección
por tuberculosis. Otras causas de la tos que deberían tenerse en cuenta son las
neumonías bacterianas y fúngicas.
4. Malestar, debilidad y fatiga.
La fatiga, la falta de energía y
el malestar son síntomas muy comunes en estos pacientes. Entre el 40 y el 50%
de los enfermos en etapa avanzada califican la fatiga como síntoma doloroso. La
fatiga se puede asociar a los siguientes signos;
- Anemia y malnutrición
- Efectos directos del virus en los sistemas nervioso central y muscular.
- Infecciones secundarias y tumores
- Efectos adversos del tratamiento
- Dolor crónico, insomnio y depresión
5.
Trastornos cerebrales.
El trastorno cerebral asociado al
VIH (con frecuencia llamado demencia) es una afección importante de las etapas
tardías de la enfermedad. Hasta un 15%
de las personas que están en la etapa avanzada desarrollan dicho trastorno cerebral.
Los trastornos cerebrales
asociados al VIH se caracterizan por anomalías en las funciones motrices y
cognitivas que consisten en la disminución de la actividad psicomotora. Los
primeros síntomas incluyen;
-
Apatía
-
Falta de concentración
-
Cambios de humor
-
Trastornos de memoria
Entre los síntomas posteriores
pueden provocar los siguientes síntomas;
-
Desinhibición
-
Agitación
-
Falta de sueño
En las últimas etapas se puede producir;
-
Demencia global
-
Parálisis
-
Incontinencia
Cuidados.
Estar a cargo de un paciente de
VIH puede llegar a ser una tarea compleja y desmotivadora. Es vital invertir
mucho tiempo en sus cuidados, más aún si no dispone de su movilidad total o
está encamado. En estos casos requieren atención constante. La comunidad
enfermera deberá;
-
Cambiarle de postura para evitar úlceras por decúbito
-
Ayudarle a ir al servicio o a usar bacinillas de cama
-
Lavarlo y mantenerlo fresco, humedeciendo la piel con una toalla
mojada
-
Asearlo y limpiar las sábanas en caso de incontinencias
- Alimentar al paciente
-
Proporcionar compañía al paciente cuando se siente solo, ansioso o
asustado
-
Ayudarle a tomar los medicamentos
-
Limpiar y vendar las llagas y las úlceras
En muchos casos, las familias de
pacientes con SIDA deben aprender el manejo de estos cuidados para poder
prestárselos una vez en casa. El apoyo enfermero es fundamental para su
explicación, proporcionándoles seguridad y compañía.
BIBLIOGRAFÍA: